Hay que tomar medidas contra la crisis y detectar nuestras debilidades y fortalezas

La herencia de Miguel Pardo, en forma de proyectos y nuevas actuaciones, queda muy bien reflejada en esta entrevista para la revista Ingeniería Naval, que lamentablemente no llegó  a ver publicada. Como mejor homenaje a título póstumo, queremos darla a conocer porque refleja muy bien el espíritu emprendedor de un presidente que hizo grande apenas un año de mandato en el Clúster Marítimo Español


Recientemente el Clúster ha presentado un decálogo de medidas contra la crisis. ¿Cómo está afectando la situación económica al sector marítimo?
– Efectivamente, el pasado 23 de junio el Clúster presentó a los medios de comunicación una serie de medidas que tratan de amortiguar la repercusión de la crisis en nuestro sector, especialmente en algunos ámbitos, como la construcción naval y el transporte marítimo en los que la situación ha dado un vuelco importante. Si 2008 puede considerarse como uno de los mejores de la historia en cartera de pedidos y en contratación, 2009 está resultando dramático, y hay que tomar medidas. Hace ya un par de meses llevamos a cabo una encuesta entre todos los miembros del Clúster para detectar cuáles eran los problemas y debilidades y cuáles las oportunidades y las fortalezas en cada uno de los sectores que componen la amplia “rosa de los vientos” de la actividad relacionada con el mar. Al mismo tiempo les pedimos que identificaran las medidas que, a su juicio, eran las más adecuadas para atravesar esta larga travesía del desierto en que se está convirtiendo la crisis económica.


– ¿Y hay fórmulas mágicas para salir del paso lo más reforzado posible?
– Lamentablemente no. Pero no se trata tanto de encontrar fórmulas mágicas, como de llevar al Gobierno y a las Administraciones Públicas en general el sentir del sector. Y al mismo tiempo, sugerirle ideas que puedan ser útiles y que puedan aportar su granito de arena.


– Háblenos de algunas de ellas.
– Ante todo quiero decir que, entre las muchas aportaciones sectoriales de los socios del Clúster, relacionadas a campos muy concretos de su actividad, hemos tratado de sacar factor común. El Clúster no es una patronal ni trata de apoderarse del campo de actuación de las entidades representativas de cada sector. Sigue la pauta, en base a las indicaciones del Libro Azul de la UE, de integrar las dispersas políticas aplicadas al sector del mar en actuaciones coordinadas y de interés general. Ésa precisamente es nuestra fuerza. Así que, por citar las más generales y significativas, podría referirme a la reducción de impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social; a la disposición de préstamos financieramente atractivos para abordar nuestras inversiones, especialmente las más tecnológicas; a la eliminación de desventajas competitivas entre los Estados miembros de la UE; al apoyo a la internacionalización; a la cualificación profesional de los recursos humanos, o a la inversión en grandes infraestructuras facilitando la creación de las llamadas “autopistas del mar”•


 


– ¿Y con estas medidas qué harán?
– Pues, por supuesto, trasladárselas al Gobierno, a todos los Ministerios -que son varios- con competencias en el sector marítimo. Pero también a las administraciones territoriales en la medida de sus competencias. Y, por otra parte, el trabajo detrás de esta encuesta y la múltiple información aportada por los socios, nos servirá de base para la elaboración de un futuro “libro blanco” sobre el sector.


– ¿Qué puede aportar ese futuro “libro blanco”
– Lo primero un buen diagnóstico del sector, con un examen minucioso de nuestras debilidades y zonas más vulnerables. A partir de aquí, debemos tratar de hacer la prospectiva necesaria como para anticipar cuáles serán las vías de crecimiento futuro y cuáles en las que a un país como España le conviene posicionarse. En el futuro las empresas han de ser mucho más competitivas, más tecnológicas, con personal más capacitado, pero no en todos los segmentos del mercado, sino sólo en aquellos en que podemos obtener mejores oportunidades, y tanto en el ámbito industrial como en muchos otros.


– ¿Cómo contribuye el Clúster a la competitividad y a los mercados internacionales?
– Los integrantes del Clúster ya son competitivos e innovadores, cada uno en el objetivo que le toca. Pero todos juntos conseguirán, sin duda, ser aún más competitivos ya que todos sus integrantes se ven reforzados en los mercados internacionales. A través de sus ya casi 60 socios, que representan a 760 entidades, el Clúster otorga esa dimensión tan necesaria para emprender grandes proyectos y también para acceder a la creación de consorcios y de acciones de cooperación que son la base del Programa Marco Europeo y también de las nuevas líneas del Plan Nacional de I+D+i y del programa del Gobierno Ingenio 2010. En todos ellos subyace la idea de cooperación como principal estrategia, y el Clúster es, sobre todo, cooperación en estado puro. También hace más fácil el acceso a los programas de ayudas públicas a través de proyectos más cualificados y colectivos, de los que no siempre se anda sobrado en éste y en muchos otros sectores. Las posibilidades de cofinanciar las inversiones acudiendo a estos programas se reafirman con la pertenencia al Clúster y también la posibilidad de armar mejores proyectos con contenido innovador.


– Es entonces una buena plataforma de interlocución ante la Administración…
– Por supuesto que sí. El Clúster nos otorga una gran capacidad de maniobra ante la Administración, fundamentalmente para participar en las decisiones y en los programas que afecten al sector. El Clúster puede convertirse en un gran asesor para las Administraciones Públicas de cualquier orden, nacionales e internacionales, a la hora de conocer la sensibilidad del sector, sus ventajas competitivas y sus amenazas, sus planes de crecimiento, y así poder establecer políticas de apoyo más acordes con los intereses relacionados con lo marítimo. Creo que podemos contribuir a mejorar las políticas referentes al mar, y por ello nos brindamos a colaborar en todo cuanto nos afecte y en donde nuestra opinión y nuestra experiencia puedan resultar de interés.


– A veces se tiene la sensación de que el sector del mar se ha quedado demasiado pequeño frente a otros como las tecnologías de la información o la energía. ¿Es ésta una idea falsa?
– Pues creo que sí, y por muchas razones. Primero porque no se puede hablar de compartimentos aislados: la energía, las telecomunicaciones, el mar… Todos ellos están continuamente interrelacionados. El sector del mar cuenta con una importantísima presencia de la energía, pero más aún en el caso de las telecomunicaciones, que se integran a ritmo acelerado en los buques, hasta el punto de que ya no se pueden concebir estos sin un importante equipamiento informático y telemático sin el que sería imposible no sólo navegar, sino incluso proporcionar estabilidad al barco. Uno de los últimos grandes proyectos consorciados en el sector del mar es precisamente la construcción de un “buque inteligente” en el que se están desarrollando y adaptando al buque las mejores tecnologías de la información y las comunicaciones. Un buen número de socios del Clúster, por cierto, participa en este proyecto.

En segundo lugar, el sector del mar es responsable directo de 456.000 empleos y más de un millón inducidos, lo que supone un 7,2% del valor añadido de nuestra económica si su sumamos efecto directo, indirecto e inducido. Cada euro gastado en el sector genera un efecto multiplicador en la economía española de 3 euros y 2,5 empleos. En el caso de algunos segmentos, el efecto inducido es aún mayor. Por ejemplo, en la construcción naval y en la náutica deportiva y de recreo se generan entre 4 y 5 € por cada euro invertido, y en este último caso el multiplicador es de 7,5 en términos de empleo. El mar se ha convertido en un sector de gran dinamismo y de arrastre de tecnologías e inversiones, comprometido, sin duda, con el nuevo modelo productivo sostenible.


– Volvamos al Clúster y a su Plan Estratégico de crecimiento que ya ha presentado en sociedad. ¿En qué consiste básicamente?
– El Plan Estratégico es una puesta en común de objetivos, también comunes, para un periodo de cuatro años (2008-2011), al término de los cuales el Clúster deberá haberse consolidado como una pieza básica en el sector marítimo. Hemos identificado cinco áreas que consideramos importantes, y ninguna de las cuales hay que descuidar: impulso a la competitividad, proyección internacional, mejora de la formación de los recursos humanos, tecnología/innovación y sociedad e imagen. Cada una de ellas resulta estratégica para el Clúster, y me podría extender en muchas horas de conversación. Para su puesta en marcha se han creado varios grupos de trabajo y hemos invitado a los socios a participar en ellos. La respuesta ha sido estupenda.


– En octubre de 2007, la Unión Europea presentó un Libro Azul de Política Marítima, plagado de recomendaciones para el sector. ¿Ha tenido influencia en el Clúster?
– Desde luego que sí. El Libro Azul denuncia la fragmentación existente en las numerosas políticas que afectan al mar, unas en los ámbitos del transporte y la industria, otras en regiones costeras y energía, otras en pesca y acuicultura, otras en logística de puertos, etc., etc. Este cierto desorden lleva a que las políticas no tengan siempre la coordinación necesaria y lleguen incluso a ser contradictorias. En consecuencia, el Libro Azul hace una llamada a la integración tanto de las políticas referentes al mar, como de los agentes que intervienen. Es, pues, evidente que el Clúster Marítimo Español, como lo hacen el francés, el holandés, el alemán, el noruego, el polaco y algunos otros ya constituidos en Europa, van a contribuir de manera importante a la consecución de los objetivos del Libro Azul, cuyos ejes estratégicos, por cierto, también guardan cierta semejanza con los del clúster español que antes mencionaba. Se está definiendo una política marítima europea sólida y consensuada, y de ahí la importancia de pertenecer, como ya hace el clúster español, a la Red Europea de Clústeres.



– A su llegada al Clúster se encuentra con una organización ya estructurada y con un plan estratégico en marcha. A partir de aquí, ¿qué quiere aportar usted al proyecto?
– Efectivamente me he encontrado un clúster muy bien estructurado, con unos objetivos generales ya definidos y con una velocidad grande de crecimiento en su primer año de existencia. Pero todos estos objetivos generales toca ponerlos en marcha y, además, desarrollar contenidos y avanzar en objetivos más específicos y, en suma, en un sinfín de tareas. Por sólo citar algunas de las prioridades que llevaba en mi programa de llegada al Clúster, citaré el vertebrar adecuadamente las acciones de los casi 60 miembros integrantes; el promover la entrada de nuevos socios y nuevos sectores; también la indispensable cooperación con los clústeres regionales, que a su vez están integrados en el Clúster Marítimo Español y lo hacen crecer; el reforzar nuestra presencia internacional en Europa y Latinoamérica, así como nuestra capacidad de interlocución ante la Administración y otros gestores públicos; el lanzar la marca “España, país marítimo e innovador” en el mundo entero; el mejorar la capacitación de los recursos humanos, como no podría ser de otra forma en la llamada sociedad del conocimiento, o el revisar y consolidar la imagen del sector marítimo en la sociedad española. En este punto es importante hacer valer y reconocer su importancia en términos de valor añadido, empleo y aportación de nuevas actividades industriales y de servicios. Me gustaría recuperar el orgullo y la tradición de España como país marítimo, sólo que en el nuevo marco de la tecnología y el conocimiento.


– “España, país marítimo e innovador”… Suena bien.
– Sí que suena bien, y además es mucho más que una música. Es una marca o un eslogan,  o como queramos llamarlo, con un fuerte contenido detrás. En Europa y en el mundo se nos percibe como país evidentemente marítimo, pero sobre todo desde un punto de vista turístico. Admiran nuestras costas, pero apenas se sabe nada de nuestros astilleros, ni de nuestra industria auxiliar, ni de nuestra tecnología, ni de nuestra capacidad innovadora. Ésa es precisamente la marca que debemos vender al mundo, y no hace falta que maquillemos nada. Nuestra capacidad tecnológica es real, y tan sólo tenemos que sacarla al escaparate. No somos un país de demanda de buques, sino principalmente de oferta, con capacidad más que sobrada para hacer los mejores quimiqueros o los mejores portacontenedores o los mejores buques de pesca, por no decir también las mejores fragatas.


– Tras su llegada, es la primera vez que oímos hablar de Latinoamérica en el Clúster. ¿Qué tiene en mente?
– Por mis responsabilidades anteriores, tengo bastante vinculación con Latinoamérica, y por ello sé que están empezando a formar clústeres como el nuestro y que somos un modelo para ellos. Conozco muy directamente los casos de Argentina, Venezuela, Uruguay, Panamá o El Salvador. La idea básica es ayudarles a poner en marcha sus propios clústeres a partir de nuestra experiencia monitorizando o tomando cierto liderazgo en esta causa. Ello nos daría ocasión de construir un gran canal de cooperación, como el de Panamá, en términos metafóricos, ya que nos permitiría comunicar dos mundos distantes de una manera fluida y fácil. Cuentan, además, con algunas acciones coordinadas que les pueden resultar muy útiles, como las políticas marítimas globales de transporte marítimo que deciden los gobiernos centroamericanos de la CONCATRAM.
El país más activo es, sin duda, Panamá, con cuyo vicepresidente primero colaboré personalmente para poner en marcha un programa de impulso para el sector marítimo. Recientemente, en una conferencia internacional celebrada en este país, lanzamos la idea de la creación de un Clúster Marítimo Latinoamericano, y fue muy bien acogida.

También hay muy buen clima para este proyecto de integración en El Salvador, en donde he colaborado con su Autoridad Portuaria para la constitución de un clúster marítimo.


– ¿Los clústeres regionales apoyan la creación de un gran clúster general?
– Desde luego que sí, incluso son corresponsables de su creación y consolidación. Son los casos, por ejemplo del Foro Marítimo Vasco o del gallego Aclunaga, ejemplos de buen funcionamiento y modelos muy imitables, al igual que los clústeres de Asturias, Canarias, Murcia y otros, como el balear y el catalán, que acaban de  constituirse muy recientemente, y con los que tenemos una excelente línea de cooperación.


– En un sector en el que determinadas instituciones, públicas o privadas, tienen a veces demasiado peso específico, ¿se siente con  las manos libres para actuar en beneficio de todos los integrantes Clúster ?
– Absolutamente libres. Mi propia experiencia dentro del sector marítimo, en el que llevo trabajando toda la vida, es muy abierta y vengo aquí sin servidumbres. Quiero a este sector porque ha sido mi causa de vida e incluso puedo decir que ya nací y crecí en el sector del mar, puesto que mi abuelo, Alfredo Pardo, fundó la primera Escuela de Ingenieros Navales Civiles de España, y fue su primer director. Creo que ésta es una de las principales aportaciones que puedo hacer al Clúster, de naturaleza plural y que exige, por tanto, representantes con esa misma pluralidad. He pasado por navieras, astilleros, compañías petrolíferas, entidades de formación, empresas públicas y privadas, multinacionales y pymes, e incluso por empresas propias y de capital ajeno. Y lo mismo en cuanto se refiere a puestos de trabajo: he ocupado empleos de ámbito técnico, comercial, operativo o gerencial. Éste espíritu plural e interdisciplinar es con el que he llegado al clúster, y el que además quiero que cale en todos los integrantes. Pertenecer a esta asociación nos exige solidaridad e independencia de intereses particulares. No somos una patronal de un subsector de empresas, sino una entidad de mucho mayor calado y de ámbito mucho más universal. Entender en qué escenario actuamos es básico para avanzar como clúster.

De momento, tenemos una excelente base, ya que somos el mayor clúster industrial de España en términos de producción y empleo.

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